El pacto matrimonial, mediante el cual un hombre y una mujer establecen entre sí una sociedad de toda la vida, está, por su propia naturaleza, ordenado hacia el bien de los cónyuges y la procreación y educación de los hijos; este pacto entre las personas bautizadas ha sido elevado por Cristo el Señor a la dignidad de un sacramento (CCC 1601).
Los matrimonios se llevan a cabo sólo con cita previa. Las parejas que deseen casarse deben hacer arreglos con un sacerdote al menos con un año de antelación de la fecha propuesta y antes de los arreglos sociales.
Todas las parejas deben participar en el Programa Pre-Cana.